El gas GLP es un producto conocido pero aún existe un gran número de personas que no conocen realmente su significado. Si has llegado hasta aquí, es porque este tipo de gas licuado te interesa. Tiene múltiples funciones y es necesario contar con un permiso para su instalación. En este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre el GLP y la instalación para GLP.

¿Qué es el gas GLP?

El Gas Licuado de Petróleo (GLP), es el resultado de la separación de las fracciones más ligeras del petróleo durante su proceso de refinado. El GLP es, de hecho, un combustible líquido que mezcla hidrocarburos ligeros, como propano, butano o incluso butadieno. El GLP proviene del procesamiento de gas natural y la refinación de petróleo.

Como hemos dicho, está compuesto por una mezcla de hidrocarburos gaseosos. Estos componentes aportan importantes características al gas: excelente combustión, fácil manejo y bajo impacto ambiental, además de ser fácil de almacenar y transportar.

La energía resultante del uso de gas GLP es más limpia. Esto significa que la producción de este tipo de energía está libre de residuos tóxicos, respetando el medio ambiente.

Los especialistas en instalación de gas GLP, cuentan con una alta cualificación, capacitados para desarrollar y ejecutar proyectos de montaje de gas en:

• Residencias
• Negocios
• Vehículos
• Industrias

¿Cuáles son las normas para la instalación de gas GLP?

Las normas para la instalación de gas GLP son fundamentales para cualquier instalación en la que se decida invertir con este tipo de soluciones. Desafortunadamente, estamos hablando de un proceso complejo que requiere un gran cuidado para garantizar la seguridad y el perfecto funcionamiento del sistema.

Una vez aclarado qué es el GLP y las características que lo definen, comprendamos mejor las reglas que debe seguir al instalar gas GLP.

Independientemente del tipo de instalación que se lleve a cabo, el suministrador de gas deberá realizar un proyecto de instalación específico y debidamente firmado por un técnico responsable. Este profesional, por defecto, debe seguir con precisión todas las normas de instalación nacionales e internacionales para que el lugar pueda funcionar con seguridad. Por ello, es fundamental contar con un equipo especializado.

En el ámbito legal, las principales normas técnicas que deben ser respetadas son las del las ITCs correspondientes. En Formación Tierra de Barros ofrecemos la formación necesaria sobre todo tipo de instalaciones de gas, haciendo verdadero hincapié en las normas y la importancia de respetarlas. Aún así, a continuación hemos separado los principales.

6 estándares principales en la instalación para GLP

1. El diseño de la instalación de la planta de GLP debe ser realizado por un profesional calificado y registrado en el organismo de clase, con la emisión de la Nota de Responsabilidad Técnica ( ART ).
2. El área destinada a la planta debe estar en la planta del proyecto.
3. En los edificios, los contenedores de GLP deben estar ubicados fuera de los edificios, en lugares ventilados. Además, está prohibida la instalación en espacios confinados.
4. El montaje y mantenimiento de las instalaciones y conducciones de gas debe ser realizado por profesionales especializados.
5. Las instalaciones de la planta de GLP deben poder rellenar los contenedores sin interrumpir el suministro de gas a los aparatos.
6. Finalmente, señalamos que justo después del montaje de la tubería de GLP, un técnico debe realizar la prueba de fugas . Esta es la mejor manera de verificar si hay fugas en el sistema. Luego, se emite el informe técnico y se ingresa al titular junto con la ART.

Estas son las principales normas para la instalación de gas GLP. Sin embargo, deberías asegurarte de obtener todas las pautas en su totalidad con los organismos respectivos. Es muy importante tener presente todas las normas impuestas para realizar este tipo de acciones, puesto que toda instalación de gas cuenta con un riesgo y se debe tener un gran cuidado.

Los riesgos de una fuga de GLP

En cualquier caso, una fuga no siempre se nota fácilmente. En estos casos hay dos riesgos: explosiones y asfixia . Si existe una fuga, y la consecuente acumulación de gas en el ambiente, una persona podría, al accionar un interruptor, encender un aparato eléctrico o simplemente producir cualquier tipo de chispa, generar la combustión de ese gas. Esto puede provocar quemaduras graves o incluso una explosión .

Un segundo riesgo es el de asfixia. Si la persona no nota la fuga, y principalmente, se encuentra en un ambiente confinado y mal ventilado, la acumulación de gas puede expulsar gradualmente el aire respirable hasta el punto de que la persona se asfixie y se desmaye. Este proceso es bastante peligroso porque es paulatino y prácticamente imperceptible, más aún en el caso del GLP, que al ser más denso que el aire atmosférico, tiende a acumularse en las capas inferiores del ambiente, llenándolo de abajo hacia arriba.

Además de todo esto, también es importante señalar que, así como el gas en su estado natural no es tóxico, los productos de su combustión no lo son. Por lo tanto, un mal sistema de escape para estos gases representa un peligro inminente.

La importancia de un proyecto para la instalación de GLP

En un proyecto de instalación de gas se prevén todos los puntos de uso y la demanda de gas que tendrá esa unidad. En base a esto se dimensionan tuberías, casetas, reguladores de presión, ventilación de cuartos, entre otros aspectos técnicos y requerimientos.

La importancia de la seguridad en la instalación para GLP

Un buen dimensionamiento de las tuberías de gas evita fugas y permite un mejor mantenimiento en el futuro. Además, una instalación realizada sin proyecto puede infringir las normas de seguridad y uso. Por ejemplo, existen restricciones que determinan por qué lugares o habitaciones del edificio puede o no pasar una tubería de gas. O sobre la distancia de éstas en relación con otras redes, como la eléctrica y la hidráulica , de los establecimientos. También se proporcionan registros de presión y válvulas para mayor seguridad y comodidad de mantenimiento. Sobre todo, la ventilación de los ambientes que recibirán los aparatos a gas es un aspecto importante, que debe ser planificado y verificado para ver si la instalación es segura o no.

Las averías de sistemas de refrigeración son muy comunes en los diferentes aparatos que lo contienen. En la mayoría de ocasiones puede tratarse de una fuga de gas refrigerante. En este caso deberíamos intentar evitar que se llegase a esta situación, ya que estas sustancias causan mayores gastos debido a la necesidad de reparar el sistema y reponer el gas. Además, no solamente debemos pensar en el daño económico que supone, sino también en el medioambiental. Estos gases generan importantes impactos en la capa de ozono, incidiendo en el calentamiento global. Sin embargo, lo más habitual es darnos cuenta de este problema una vez que nuestro aparato comienza a fallar.

En este post, vamos a hablar de los indicios de una posible fuga y de los tipos de detecciones que existen para confirmarlo. Así que…¡Sigue leyendo si crees que podrías estar ante una avería como esta!

¿Crees que puedes estar teniendo una fuga de gas refrigerante? Síntomas claros

Cuando somos conscientes de que existe una avería de este estilo, seguidamente debemos averiguar por qué motivo se ha producido, revisando lo que ha podido causar la falta de gas. Hay una serie de indicios que pueden hacerte sospechar de lo que está sucediendo. Estos son:

• Si existe una pérdida de potencia y de eficacia en el enfriamiento del sistema.
• Si se congela la tubería de cobre exterior.
• Si se congela la unidad interior causada por una pérdida parcial de gas.
• Si existe un goteo en la unidad interior, pudiendo llegar a crear bloques de hielo.
• Si llegase a haber presencia de humedad en el compresor.
• Si llegase a haber presencia de aceite alrededor de una conexión.

Además, una de las herramientas que nos confirma que existe una fuga de gas refrigerante en el sistema es el manómetro. Es utilizado por los técnicos para comprobar la presión de un circuito frigorífico.

4 Tipos de detección de fugas de gas refrigerante

Una vez identificado el causante o indicios de la posible fuga de gas refrigerante, debemos apreciar donde se encuentra esta. En muchas ocasiones consiste en una micro fuga casi imperceptible, y por eso mismo, contamos con diferentes modos para detectarlas. Algunos de ellos son simples y económicos, mientras que también existe la posibilidad de contar con detectores con tecnología más avanzada.

Los más comunes y utilizados son:

1. Observación

Es el método más sencillo y básico, puesto que se trata de inspeccionar a simple vista la fuga. Debido a su poca precisión, solamente es válido para aquellos puntos de fuga considerables, debido a una gran fisura del sistema que se pueda ver con claridad. Esto no suele ser lo normal, ya que el punto de fuga suele ser muy pequeño e imperceptible a la vista, siendo necesario otro método más exhaustivo.

2. Detección de la fuga con agua jabonosa.

Es un método muy económico y fácil de realizar. Consiste en untar con agua y jabón la zona del sistema refrigerante donde se tenga sospecha de que puede existir una fuga. Esto hará que en la zona donde sale el gas comience a producir burbujas, localizando con éxito el problema.

3. Detección de la fuga con tinte fluorescente

Se basa en introducir un tinte especializado fluorescente al sistema, siguiendo siempre una proporción en función del gas que se encuentre en el este o el tipo de aparato que necesitemos reparar. Para que haga efecto, se debe dejar circular por el sistema durante 20 minutos. Una vez pasado este tiempo, el líquido saldrá por las grietas y deberás utilizar una luz ultravioleta para poder ver este. Los puntos de fuga se dejarán ver de un color amarillo fluorescente.

4. Detectores electrónicos de fugas de gas refrigerante

Son las mejores opciones que te puedes encontrar actualmente en el mercado para la detección de fugas de gas refrigerante. Existen diferentes tipos y son los métodos más precisos y eficientes que puedes utilizar para este tipo de averías. Cuentan con sensores que captan las fugas de gas. Cuentan con un display de LED, dando una alerta cuando esto ocurre. Podemos dividirlos en 3 tipos en función de sus características:

• No selectivos: detectan cualquier tipo de fuga o vapor presente.
• Selectivos de Halogenados: contienen un sensor especial que capta la presencia de fluor, cloro, bromo y yodo.
• Específicos para compuestos: cuentan con un mayor grado de precisión, pero también cuentan con un mayor coste. Solamente captan la presencia de un solo compuesto.

Algunos de los tipos de detectores electrónicos de fugas de gas refrigerante son:

1. Supresión de corona (Corona negativa)
2. Diodo calentado
3. Infrarrojos (IR)
4. Ultrasónico

Por último, debes tener en cuenta que para realizar este tipo de acciones debes estar acreditado para la manipulación de sistemas frigoríficos que utilizan refrigerantes fluorados. Este tipo de acreditaciones se consiguen mediante la realización de cursos sobre gases fluorado, como por ejemplo, el de gases fluorados en vehículos o Manipulador de gases fluorados de cualquier carga.

Esperamos que te haya servido de ayuda este post para saber cómo detectar una fuga de gas refrigerante de la manera que más se adapte a tu situación.