27.abril.2024 | Publicado por
Con el paso del tiempo, la pintura de nuestros coches puede sufrir daños, arañazos o, simplemente, puede que se vea deteriorada por diferentes razones como las condiciones meteorológicas o el uso del automóvil.
Pintar un coche un coche es una tarea muy específica, de la que solo los profesionales conocen el proceso correcto que debe llevarse para obtener buen resultado. Ya sea para arreglar algún imperfecto en la cubierta, o simplemente para cambiar el color del vehículo, hay que tener en cuenta los errores más comunes a la hora de pintar un vehículo.
Para comenzar la tarea de pintar un coche, es fundamental preparar adecuadamente su superficie. Para ello, hay que limpiar cuidadosamente la zona que se va a pintar.
Si se trata de pintar todo el vehículo, es importante desinfectarlo y lavarlo a fondo para evitar que queden residuos como manchas, polvo o grasa, que podrían afectar el resultado final.
Una vez que la superficie esté limpia, el siguiente paso es el lijado. El objetivo de esta tarea es eliminar la pintura anterior por completo y conseguir que la superficie quede libre de color. Se puede utilizar una lijadora automática para áreas grandes y una lijadora manual para lugares más complicados.
Si el vehículo presenta algún daño, lo más recomendable es aplicar masilla con la que corregir las imperfecciones. La masilla se aplica en las áreas afectadas, rellenándolas y reparándolas al dejarla secar. Una vez que esté completamente seca, se procede a lijar para obtener una superficie lisa y uniforme.
Cada pintura tiene su propio método de ser aplicada. Por eso, es importante seguir las instrucciones del fabricante para pintar un coche y respetar los tiempos de secado. Se deben aplicar tantas capas como sea necesario para lograr un color homogéneo y uniforme
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Después de que la pintura haya secado por completo, se recomienda aplicar un barniz compatible con la misma, para que el color se mantenga en buen estado, a la vez que da brillo a la superficie.
Los “ojos de pescado” son pequeños cráteres que aparecen durante el proceso de pintado o a posteriori, y con los que hay que tener especial precaución. Normalmente, surgen por el filtrado de aire en la pistola con la que se aplica el color, o bien por una mala preparación y limpieza del vehículo.
Otro contratiempo con el que también nos podemos topar es con el escurrido de la pintura. Esto es muy común en las zonas verticales del vehículo, ya que la pintura puede escurrirse. Normalmente, esto sucede por no haber dejado el tiempo necesario de secado entre las capas, por la baja presión de aire de la pistola, o bien por no mantener una buena distancia entre la zona pintada y la pistola.
El desprendimiento de la pintura puede suceder cuando el material no ha conseguido adherirse de manera correcta al vehículo. Algunos factores que pueden generar este inconveniente pueden ser la mala preparación de la superficie del vehículo, un mal lijado, o haber usado una pintura en mal estado.
Perder el brillo de la superficie es uno de los problemas más comunes a la hora de pintar un automóvil. Esto puede suceder por una mala preparación de los materiales, no haber lijado bien la superficie o una alta presión de aire de la pistola.
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