19.mayo.2022 | Publicado por
Las averías de sistemas de refrigeración son muy comunes en los diferentes aparatos que lo contienen. En la mayoría de ocasiones puede tratarse de una fuga de gas refrigerante. En este caso deberíamos intentar evitar que se llegase a esta situación, ya que estas sustancias causan mayores gastos debido a la necesidad de reparar el sistema y reponer el gas. Además, no solamente debemos pensar en el daño económico que supone, sino también en el medioambiental. Estos gases generan importantes impactos en la capa de ozono, incidiendo en el calentamiento global. Sin embargo, lo más habitual es darnos cuenta de este problema una vez que nuestro aparato comienza a fallar.
En este post, vamos a hablar de los indicios de una posible fuga y de los tipos de detecciones que existen para confirmarlo. Así que…¡Sigue leyendo si crees que podrías estar ante una avería como esta!
Cuando somos conscientes de que existe una avería de este estilo, seguidamente debemos averiguar por qué motivo se ha producido, revisando lo que ha podido causar la falta de gas. Hay una serie de indicios que pueden hacerte sospechar de lo que está sucediendo. Estos son:
Además, una de las herramientas que nos confirma que existe una fuga de gas refrigerante en el sistema es el manómetro. Es utilizado por los técnicos para comprobar la presión de un circuito frigorífico.
Una vez identificado el causante o indicios de la posible fuga de gas refrigerante, debemos apreciar donde se encuentra esta. En muchas ocasiones consiste en una micro fuga casi imperceptible, y por eso mismo, contamos con diferentes modos para detectarlas. Algunos de ellos son simples y económicos, mientras que también existe la posibilidad de contar con detectores con tecnología más avanzada.
Los más comunes y utilizados son:
Es el método más sencillo y básico, puesto que se trata de inspeccionar a simple vista la fuga. Debido a su poca precisión, solamente es válido para aquellos puntos de fuga considerables, debido a una gran fisura del sistema que se pueda ver con claridad. Esto no suele ser lo normal, ya que el punto de fuga suele ser muy pequeño e imperceptible a la vista, siendo necesario otro método más exhaustivo.
Es un método muy económico y fácil de realizar. Consiste en untar con agua y jabón la zona del sistema refrigerante donde se tenga sospecha de que puede existir una fuga. Esto hará que en la zona donde sale el gas comience a producir burbujas, localizando con éxito el problema.
Se basa en introducir un tinte especializado fluorescente al sistema, siguiendo siempre una proporción en función del gas que se encuentre en el este o el tipo de aparato que necesitemos reparar. Para que haga efecto, se debe dejar circular por el sistema durante 20 minutos. Una vez pasado este tiempo, el líquido saldrá por las grietas y deberás utilizar una luz ultravioleta para poder ver este. Los puntos de fuga se dejarán ver de un color amarillo fluorescente.
Son las mejores opciones que te puedes encontrar actualmente en el mercado para la detección de fugas de gas refrigerante. Existen diferentes tipos y son los métodos más precisos y eficientes que puedes utilizar para este tipo de averías. Cuentan con sensores que captan las fugas de gas. Cuentan con un display de LED, dando una alerta cuando esto ocurre. Podemos dividirlos en 3 tipos en función de sus características:
Algunos de los tipos de detectores electrónicos de fugas de gas refrigerante son:
Por último, debes tener en cuenta que para realizar este tipo de acciones debes estar acreditado para la manipulación de sistemas frigoríficos que utilizan refrigerantes fluorados. Este tipo de acreditaciones se consiguen mediante la realización de cursos sobre gases fluorado, como por ejemplo, el de gases fluorados en vehículos o Manipulador de gases fluorados de cualquier carga.
Esperamos que te haya servido de ayuda este post para saber cómo detectar una fuga de gas refrigerante de la manera que más se adapte a tu situación.
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